Solemnidad de Nuestra Señora del Patrocinio

Carta Circular del Superior General


Mis queridos Hermanos, Colaboradores y miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios

El próximo día 17, tercer sábado de noviembre, celebraremos la solemnidad del Patrocinio de la Vírgen María sobre la Orden Hospitalaria, Patrona de nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios. Con tal motivo deseo felicitaros e invitaros a celebrarla con gozo y amor a nuestra Madre.

La devoción a la Santísima Vírgen María, forma parte fundamental de la espiritualidad de nuestra Orden y ha estado siempre presente a lo largo de su historia hasta nuestros días. Es una herencia que recibimos de nuestro Fundador y estamos llamados a cultivarla cada día, implorando su protección y poniendo bajo su manto la vida de cada uno de los miembros de nuestra Familia y la de todas las personas y sus familias que asistimos en nuestras Obras Apostólicas.

En la vida y en los escritos de San Juan de Dios la Vírgen María, siempre entera, como le gustaba llamarla, tuvo siempre un puesto central. Después de su salida del Hospital Real de Granada y luego de verse con el Maestro Ávila, decidió ir en peregrinación al Monasterio de Guadalupe. Nos lo cuenta Castro, su primer biógrafo: “Tomó luego el camino de nuestra Señora de Guadalupe, y se fué para allá a visitar a la Virgen nuestra Señora, y dalle gracias de las ayudas y mercedes pasadas, y pedille nuevo socorro y ayuda para la nueva vida que pensaba hacer; porque decía que siempre había sentido su manifiesto favor y ayuda en todos sus trabajos y necesidades”. (Castro X)

 

En Granada existe la Iglesia del Sagrario, diferente a la que conoció San Juan de Dios. Sabemos gracias a un testigo que nuestro santo Fundador estuvo allí tras escuchar la predicación del Maestro Ávila que por la gracia de Dios produjo su conversión. Biógrafos posteriores generaron y alimentaron la leyenda mística en la que la Vírgen acompañada por San Juan Evangelista se aparecen a San Juan de Dios y le imponen una corona de espinas, vinculando de esta forma la entrega y el sufrimiento de nuestro Santo con la pasión de Jesucristo. Y es que en una de las capillas de la Iglesia hay un Calvario y junto a él una lápida conmemorativa rememorando las oraciones y favores divinos por el bendito Juan. (Cfr. Benavides, F, Granada, la ciudad que cautivó a Juan de Dios. Guía del viajero hospitalario. Granada 2009. Pág 45-47)

Más allá de las circunstancias históricas concretas, seguramente San Juan de Dios en sus idas y venidas por la ciudad de Granada, pasaba y entraba frecuentemente en la Iglesia del Sagrario para estar cerca del Señor y de su Madre, agradeciéndole la ayuda que cada día sostenía su vida espiritual y su obra, pidiéndole como en Guadalupe, protección y de nuevo ayuda para socorro de los pobres, enfermos y necesitados que atendía y cuyo número crecía cada día. Hay otros hechos de su vida y de sus escritos que manifiestan su devoción firme a la Reina de la Hospitalidad. Sabemos que el amor y la protección que él experimentó ha sido una constante en la vida de la Orden a lo largo de la historia.

 

En el momento actual, quisiera pedir a toda nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios, que en la solemnidad de este año imploremos la protección de nuestra Madre especialmente por dos realidades difíciles que vive nuestra Orden. La primera es la de Batibó en Camerún. Allí nuestro pequeño Hospital, nuestra Comunidad y toda nuestra Familia está viviendo momentos muy complicados a causa de la situación política de confrontación, prácticamente de preguerra civil en aquella parte de Camerún. Hay desplazamiento de personas, miedo, hay muertos y nuestro Centro es prácticamente el único abierto en la zona para atender las necesidades fundamentales.  La segunda es Venezuela. Todos conocen la dificil realidad social y política de este país, cada vez con más necesidades de todo tipo, más pobreza e incluso con niveles altos de desnutrición infantil. Los Hermanos y toda la Familia de la Orden en Venezuela continúan prestando sus servicios, tratando de adaptarse a las nuevas necesidades. Al mismo tiempo que agradecemos el testimonio de nuestros Hermanos y Colaboradores en ambas realidades, Batibó y Venezuela, pedimos el apoyo de toda nuestra Familia y la protección de nuestra Madre, a quien invocamos con la misma devoción que nuestro Fundador, pidiéndole su maternal y permanente ayuda para nuestros Hermanos de ambos países y para toda la población, especialmente para los enfermos y más necesitados.

 

Como sabéis, dentro de dos meses estaremos celebrando el LXIX Capítulo General de la Orden con el título Construyendo el futuro de la Hospitalidad. Se trata de un acontecimiento de gran relieve para toda nuestra Institución que puesta a la escucha del Espíritu del Señor, desea vislumbrar los caminos que debe transitar en el futuro para seguir siendo fieles al carisma y a la misión de la hospitalidad. Os pido a todos, especialmente en esta solemnidad, invocar a Nuestra Señora del Patrocinio para que nos bendiga, nos acompañe y nos guie en la preparación y en el desarrollo del Capítulo. Pido a toda nuestra Familia intensificar desde este momento la oración por el éxito del Capítulo, ayudándoos también de las oraciones que la Comisión precapitular ha preparado para este evento.               

 

Deseo para todos, en mi nombre y en el de toda la Curia General, una feliz celebración de la solemnidad de Nuestra Señora del Patrocinio y le pido que bendiga a nuestra querida Orden y a todos los que formamos la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios.

Un abrazo fraterno 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General


 

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