Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Carta Circular del Superior General

 

Mirar al futuro con esperanza y audacia

 

2 de febrero 2016

 

A todos los Hermanos y Comunidades de la Orden

 

Apreciados  Hermanos

 

Deseo enviaros mi felicitación y mis saludos en el día de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que celebraremos el próximo día 2 de febrero en toda la Iglesia. En esta ocasión coincidirá con la clausura del Año de la Vida Consagrada que hemos vivido a lo largo del último año, por lo que os invito  a celebrar esta Jornada con profundidad y con gozo, dando gracias a Dios por el hecho de que toda la Iglesia haya mirado de forma especial hacia la Vida Consagrada, reconociendo su misión y su lugar en el pueblo de Dios.

 

Ha sido una oportunidad para celebrar, impulsar y reflexionar acerca de la realidad de la Vida Consagrada y su proyeccción en la Iglesia y en el mundo, de acuerdo al lema “Evangelio, Profecía, Esperanza”. Tres palabras que sintetizan la identidad, la misión y la profundidad de la Vida Consagrada. Se han realizado muchas actividades, encuentros y celebraciones y seguramente serán muchos los frutos y beneficios. Entre ellos destaco el documento que recientemente ha publicado la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica: “Identidad y misión del Religioso Hermano en la Iglesia”.

 

Era un documento muy esperado, dirigido a toda la Iglesia, con el objetivo de situar adecuadamente la vocación del religioso hermano en la Iglesia y al mismo tiempo que sea una ayuda a los religiosos hermanos para profundizar y crecer en su propia vocación, reconciendo con más claridad su identidad y su misión. Desde este momento invito a todos los Hermanos y Comunidades a leerlo, estudiarlo y compartirlo, y pido a los Superiores Provinciales que impulsen la forma de hacerlo en cada una de las Provincias y Comunidades.

 

Unos días antes, el 20 de Enero, hemos clausurado el Año de la Vocación a la Hospitalidad que ha vivido nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios, bajo el lema “Súmate a la Hospitalidad”. Dicha clausura se realizó durante el Encuentro de Responsables de Pastoral Vocacional y Fomación Inicial  que se tuvo en Roma los días 18 al 22 de enero con la participación de 63 formadores y responsables de Pastoral Vocional de toda la Orden.

 

Durante el Año de la Vocación a la Hospitalidad se han realizado muchas actividades, encuentros y celebraciones, impulsadas desde la Comisión General de Pastoral Vocacional y de Formación, y desde las diferentes Comisiones de las Provincias, a quienes agradezco su dedicación, su compromiso y su servicio.

Creo que los objetivos previstos para este Año se han cumplido, la siembra se ha realizado y sobre todo creo que todos los Hermanos y muchos Colaboradores hemos tomado conciencia de la necesidad de implicarnos todos en la Pastoral Vocacional, con la oración por las vocaciones, con nuestro testimonio de una vida consagrada hospitalaria, coherente y gozosa y también con nuestra disponibilidad para ayudar en todo lo que se nos pida, por poco que sea, en las actividades y acciones concretas que organicen los responsables de la Pastoral Vocacional de nuestras Provincias y Comunidades.

 

Quiero también señalar que, no obstante haber clausurado el Año de la Vocación a la Hospitalidad, nuestra misión para promover la vocación a la hospitalidad en la vida consagrada y en la vida laical no solo no ha terminado, sino que nos ha dejado la llamada permanente a toda la Orden a sembrar y promover activamente la vocación a la hospitalidad. Nos ha dejado también la llamada a priorizar la Pastoral Vocacional y la Formación en la Orden y en toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios. Deseo que así sea y espero que en breve quienes han participado en el Encuentro de Formadores en Roma tendrán ocasión de compartir con todos vosotros el trabajo realizado y las inquietudes suscitadas.

 

Ha sido por lo tanto un Año muy rico de celebraciones y actividades en línea directa con nuestra vida consagrada y nuestra vocación a la hospitalidad. ¡No perdamos el impulso y la gracia recibida!. Apoyados en ello miremos hacia adelante con la esperanza de que nuestro proyecto es el de Dios y en Él está cimentado, y con la audacia de quien mira y corre hacia el futuro sin miedos ni temores que lo paralicen, porque sabe que está recorriendo los caminos del Señor. Con esta intención hemos de continuar nuestra marcha en la Orden, sabiendo que somos llamados en la actualidad, a discernir lo que el Espíritu del Señor nos pide para seguir siendo fieles en el futuro a la hospitalidad de San Juan de Dios. Se trata de algo que estamos iniciando ya en algunos lugares de la Orden y que trataremos en las Conferencias Regionales que se están celebrando en la Orden durante los meses de febrero y marzo del presente año.

 

Cuando apenas acabamos de clausurar el Año de la Vida Consagrada y el Año de la Vocación a la Hospitalidad estamos ya metidos de lleno en el Año Jubilar de la Misericordia. Es una nueva oportunidad que la Iglesia nos ofrece para crecer en nuestra vida espiritual y en nuestra consagración hospitalaria. Vida Consagrada, Hospitalidad y Misericordia son tres elementos que van unidos en nuestra vocación y en nuestra vida. Os invito a todos a vivir durante este Año Jubilar la experiencia del amor misericordioso de Dios con cada uno de nosotros y a practicar la misericordia y la hospitalidad con los enfermos, pobres y necesitados que tienen rostros concretos en las personas que sufren y están a nuestro alrededor, especialmente en estos tiempos dificiles y convulsos que vive nuestro mundo, donde muchas personas sufren la exclusión, la violencia, el hambre y la miseria.  

 

Que la Jornada Mundial de la Vida Consagrada del día 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, sea para todos una nueva ocasión para celebrar y renovar nuestra consagración religiosa y para testimoniarla a los demás con la alegría de quien se sabe agraciado por el Señor con la vocación y el carisma de la hospitalidad.

 

Unidos en el Señor y en San Juan de Dios recibid un abrazo fraterno y hospitalario

 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General 

 

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